Puntualidad:
La puntualidad te beneficia porque:
La impuntualidad es el mejor amigo de la disrupción en el aula y debes combatirla. Debes ser consciente de que al inicio y al final de una sesión lectiva es cuando se producen la mayoría de conflictos en un aula.
Sobre planificación:
¿Qué significa para mí sobre planificar? En una clase conflictiva no hay que dejar nada al azar, es decir, hay que programar y preparar la clase al detalle. Esto significa que debes planificar con tiempo y estructurar tu sesión lectiva en distintas secciones.
Es bueno que planifiques el tiempo de cada sesión lectiva en fragmentos de tiempo que oscilen entre los 15-20 minutos. En grupos disruptivos suele ser muy eficaz cambiar varias veces de dinámica en una misma sesión lectiva.
Otro aspecto muy importante es tener lo que yo llamo un plan B, es decir, sobre programar la propia clase con contenidos extra para evitar que te queden tiempos muertos durante la sesión lectiva. En mi caso siempre llevo algún vídeo que no suele exceder los cinco minutos y que me sirve, sobre todo, para los últimos minutos de clase.
Narración:
En grupos donde está presente una alta conflictividad, sobre todo localizada en alumnos con un trastorno severo de conducta, suele ser poco efectivo lo que yo entiendo por explicar, es decir, un tipo de enseñanza unidireccional, pasiva y poco motivadora en la mayoría de los casos.
En su lugar, lo que funciona realmente bien es cambiar la explicación por la narración. Hay que intercalar a lo largo de la sesión lectiva momentos narrativos, es decir, hay que enseñar no explicando, sino narrando. No hay mejor forma de bajar la disruptividad de una clase conflictiva que contando historias y anécdotas que estén relacionadas con el currículum de tu asignatura
Material de trabajo:
Uno de los mayores problemas de una clase conflictiva es la poca capacidad de atención y concentración del grupo. Esto puede suponer un problema a la hora de que tus alumnos saquen el material necesario para trabajar durante la sesión lectiva.
Para ello lo que hago es convertirme en un alumno más y sacar el mismo material que deberían sacar mis alumnos. A continuación, lo que hago es enseñarlo de forma visible paseando por los pasillos del aula. De esta manera consigo que la información se dé por duplicado. Incluso, si eres puntual, funciona muy bien escribir el material necesario en la pizarra, así la información se da por triplicado: de viva voz, enseñándola a tus alumnos cuando sostienes el material con tus manos y por escrito con la ayuda de la pizarra.
Visibilidad:
Otro gran inconveniente que suele darse en una clase conflictiva tiene que ver con poca visibilidad que el docente tiene en el aula. Porque el docente no sólo tiene voz, también tiene un cuerpo que acompaña a esa voz. Y ese cuerpo es algo que debe aprovechar para captar la atención y disminuir en la medida de lo posible la disruptividad del grupo. Pero, ¿cómo se capta la atención de los alumnos y se consigue bajar la disruptividad?
Lo que debes hacer es lo siguiente:
Estas tres estrategias que acabo de enseñarte suelen ser muy efectivas cuando te interesa bajar la disruptividad del grupo clase o de determinados alumnos.
Copia dirigida:
El término copia dirigida es un recurso que utilizo con cierta frecuencia en el aula y debo confesar que me ha dado excelentes resultados. Cuando me refiero al término copia no lo hago como un término negativo, ni como un castigo, sino como una técnica de estudio más.
Se copia para aprender, para aumentar la concentración y la atención y para disminuir la disruptividad en ciertos momentos. Para ello me sirvo de la pizarra digital. En dicha pizarra proyectos que denomino los esquemas de cajas, unos esquemas que he creado sobre las unidades didácticas de mis asignaturas. Estos esquemas están vacíos y los alumnos disponen en papel de una copia de este esquema proyectado en la PDI. Esto hace que en lugar de dictar apuntes, vaya completando en la pizarra los contenidos más significativos del tema al mismo tiempo que los alumnos.
Esto supone una gran ventaja, porque el alumno ya no depende de lo que yo dicte de viva voz, sino del contenido proyectado en la pizarra digital.
Microtutorías:
Una microtutoría consiste en dirigirte a un alumno durante un momento de la sesión lectiva. Es una atención personalizada y de una duración inferior a un minuto. La microtutoría no debe servir para reprimir o castigar a un alumno. Todo lo contrario. Las microtutorías sirven para ganarse a los alumnos, es decir, interesarse por ellos, por su persona. En una microtutoria puedes:
Estas microtutorías lo único que pretenden es pasar tiempo con los alumnos. A mí me gusta insistir en una expresión que para mí es fundamental. Es la siguiente: la educación es tiempo
Hay que estar a su lado, acompañarles y hacerles ver que te importan. Y eso, en muchas ocasiones, cuesta menos de un minuto de tu tiempo.
En conclusión, hacer del conflicto una oportunidad no es fácil y más cuando te encuentras con grupos en los que en ocasiones te planteas si en lugar de enseñar, lo que haces es mantener el orden o guardar alumnos entre cuatro paredes.
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