domingo, 3 de junio de 2018

El sujeto de la Educación: Algunos aportes desde la Psicología Educacional


La problemática del sujeto de la educación secundaria es, como todos saben, muy amplia. Implica aspectos vinculados al desarrollo psicológico, moral, cognitivo…, a las condiciones sociales particulares en los que el sujeto transcurre su vida, como así también otros vinculados a las transformaciones en los contextos familiares y culturales en general, que habitualmente se engloban en los conceptos de posmodernidad o modernidad tardía, según se quiera marcar una continuidad o una ruptura con los períodos históricos anteriores. Esta pluralidad de aspectos hace que la problemática pueda abordarse desde la Psicología Evolutiva, la Sociología, la Historia, entre otros.


Ante este panorama, he optado por la perspectiva de la Psicología Educacional, y considerar algunos de sus aportes para pensar al sujeto de la educación secundaria.
Explico por qué la opción. Como saben, el objeto de estudio de la psicología educacional es el aprendizaje, pero no cualquier aprendizaje, sino el que tiene lugar en instituciones educativas. Este recorte de su objeto la habilita a pensar al alumno de secundaria en interacción con el docente, el conocimiento, y en el ámbito de la escuela, un contexto que guarda importantes diferencias con la vida cotidiana del alumno.
La idea central que pretendo comunicar es la siguiente: si bien los aportes de la psicología evolutiva acerca de la adolescencia son útiles para comprender a nuestros alumnos, no son suficientes, porque “adolescente” y “sujeto de la educación secundaria” no son sinónimos: el término “sujeto de la educación secundaria” remite a una construcción conceptual que lo ubica en un espacio específico (la escuela secundaria), con reglas y normas que hacen que las particularidades propias de la adolescencia se vuelven especialmente problemáticas, a la vez que produce la emergencia de problemas nuevos que, fuera de la escuela, no existen.
Las razones de esto son varias, pero podríamos sintetizarlas en una: fuera de la escuela, la cultura adolescente es tomada como modelo social, y por ello algunos sociólogos (Balardini, 2005) hablan de la “juvenilización del mundo” para referirse a este fenómeno, mientras que dentro de la escuela, los modelos sociales se corresponden con los que defendió la Modernidad.

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